Aunque la presión sobre los gigantes de las redes sociales venía de más atrás, la decisión de Twitter de terminar con toda publicidad política en su plataforma, probablemente la que concentra el grueso de la discusión política y el proselitismo de todos los espectros ideológicos, puso definitivamente la lupa sobre compañías como Google, Facebook e incluso Spotify.
Aunque esto no significa que el debate político vaya a desaparecer de Twitter o Spotify, ya que los usuarios podrán seguir difundiendo las ideas de su partido de cabecera, o los podcasters podrán seguir haciendo sus programas de actualidad sin problemas.
¿Cuál es el problema de la publicidad política?
El problema principal es que determinadas ideas podrían estar mejor financiadas que otras, problema que se acentúa cuando la que sale perjudicada en la comparación es nuestra ideología, ya que desgraciadamente a pocos o a ninguno de nosotros nos molesta una desigualdad si nos beneficia.
Todos sabemos que en los Estados Unidos la financiación electoral es mayoritariamente privada. Como las leyes federales limitan la cantidad de dinero que una persona física o jurídica puede donar, se constituyen los PAC, siglas en inglés de Comités de Acción Política, que ayudan a canalizar ayudas económicas y en definitiva a hacer campaña por uno u otro candidato. Las razones para donar son las obvias, desde la simpatía ideológica hasta los intereses económicos derivados de que un candidato consiga el poder, intereses representados por los famosos lobbies, aunque también es cierto que existen lobbies ideológicos, centrados en promover ciertas ideas en las sociedades y en los gobiernos.
Pero ¿cómo funciona en Perú la financiación de los partidos políticos? En nuestro país está regulada por la Ley de Partidos Políticos, que dice que la financiación será mixta, es decir público-privada, la parte privada viene regulada en el artículo 30 de dicha ley, y dice que vendrá de:
- Cuotas de afiliados.
-De los rendimientos patrimoniales del propio partido, en cuyo caso no podrán exceder las 30 unidades impositivas anuales.
- Ingresos varios previstos por dicha ley.
- Créditos financieros que concierten.
- Legados y dinero en especie que perciban.
En cualquier caso, ninguna aportación superará las 60 unidades impositivas al año.
El artículo 31 habla así mismo de las fuentes de financiación prohibidas, entre las que se encuentran agencias extranjeras, confesiones religiosas y entidades de derecho público, o con participación estatal.
La financiación estatal, en teoría, sería de 0,1 unidades impositivas por voto al Congreso.
Aunque entre grandes partidos la financiación está más o menos equilibrada, en nuestro país y en el ejemplo estadounidense, partidos más pequeños, o más nuevos, o que representen intereses sin grandes apoyos económicos detrás, podrían ver perjudicada su representación en los medios. Por ello decisiones como la de Twitter o Spotify parecen equilibrar la balanza, al dejar en manos de los seguidores de la ideología o partido la difusión del mensaje, y no en manos de la capacidad de pagar propaganda.
Repercusiones económicas
A pesar de lo acertada o no que nos pueda parecer la medida, lo cierto es que tendrá repercusión en la compañía, ya sea negativa por la disminución de los fondos, o positiva al percibir la sociedad que la compañía está comprometida con valores atractivos para esta y que tal hecho les lleve a consumir más sus productos y servicios.
Es el deber del inversor y del trader de CFD estar correctamente informado y actuar en consecuencia, ¿es el momento de vender mis activos? ¿De comprar más?
Con los CFDs es posible negociar tanto en mercados alcistas como bajistas, pero es una forma de negociar arriesgada y para la que es muy importante conocer a fondo su funcionamiento, sobre todo en un momento como el actual donde la volatilidad y la incertidumbre en los mercados campan a sus anchas. En esta forma de operar el inversor (trader) no posee el activo, lo que hace es abrir posiciones con limites en los cuales la operación se cerrará automáticamente, siempre teniendo en cuenta que en momentos de mucha volatilidad, entre otras situaciones que pueden darse, los precios pueden pasar de largo de nuestros límites haciéndonos ganar o perder más de lo esperado. En dichas operaciones podemos prever que el activo va a bajar (o subir), y si se comporta conforme a nuestra predicción ganaremos, aunque el activo pierda valor.
Por lo tanto, si queremos operar con cotizaciones de empresas que han tomado decisiones económicas cuestionables a pesar de ser éticamente aceptables, siempre podemos realizar trading utilizando su cotización como instrumento, y al tratarse de nuestras predicciones sobre su comportamiento no les estaremos perjudicando de ningún modo. Eso sí, el trading requiere de una preparación previa concienzuda, si no queremos ser nosotros los que acabemos perdiendo nuestro dinero, algo muy posible si nos metemos en el mundo de los CFDs sin experiencia ni estudio previo. No se trata de una manera fácil de ganar dinero ni mucho menos, y las instituciones reguladoras no recomiendan estos productos financieros al trader minorista por el alto riesgo que implican.