El presidente Donald Trump ha pedido públicamente la renuncia inmediata del CEO de Intel, Lip-Bu Tan, citando un supuesto «conflicto de intereses» debido a sus lazos con empresas chinas, una demanda que ha provocado una caída en las acciones de la compañía.
El presidente Donald Trump ha realizado un llamado extraordinario y público para la renuncia inmediata de Lip-Bu Tan, el CEO de Intel. A través de una publicación en su plataforma Truth Social, Trump declaró que el CEO de Intel está «altamente CONFLICTADO y debe renunciar, inmediatamente. No hay otra solución a este problema». Esta exigencia se produce después de que el senador republicano Tom Cotton enviara una carta al presidente del consejo de administración de Intel, Frank Yeary, expresando su preocupación por los vínculos de Tan con empresas chinas.
Según informes, las inquietudes del senador Cotton se basan en un reporte de Reuters que revelaba que Tan, a título personal o a través de sus fondos de riesgo, ha invertido en cientos de empresas chinas, incluyendo algunas con presuntos lazos con el ejército del país. En su carta, Cotton cuestionó la capacidad de Intel para ser un «administrador responsable de los dólares de los contribuyentes estadounidenses» y cumplir con las regulaciones de seguridad, especialmente considerando que Intel ha sido beneficiaria de fondos federales bajo la Ley CHIPS.
Además, el senador hizo referencia a un caso criminal reciente que involucra a Cadence Design Systems, la antigua compañía de Tan, que admitió haber vendido productos a una universidad militar china en violación de los controles de exportación de EE.UU. Tras el post de Trump, las acciones de Intel cayeron en el mercado previo a la apertura, un reflejo del impacto que este tipo de declaraciones pueden tener en el sector tecnológico. Intel, por su parte, ha emitido un comunicado afirmando que tanto la compañía como Tan están «profundamente comprometidos con la seguridad nacional de Estados Unidos», aunque no comentaron directamente sobre la exigencia de renuncia. La controversia surge en un momento delicado para Intel, que busca revitalizar su negocio bajo el nuevo liderazgo de Tan, quien asumió el cargo en marzo de este año.

