Un nuevo frente judicial se ha abierto contra las principales compañías de inteligencia artificial. Según un reporte de Android Headlines, un reconocido periodista de investigación ha presentado una demanda alegando que empresas como OpenAI, Anthropic y Meta utilizaron sus libros protegidos por derechos de autor para entrenar sus modelos de lenguaje sin permiso ni compensación (Fuente Bussiness Standard).
Los Detalles de la Demanda
Este caso se suma a una lista creciente de litigios que buscan definir los límites del «uso legítimo» (fair use) en la era de la IA generativa.
Puntos clave de la acusación:

- Ingesta Masiva de Datos: El demandante sostiene que sus obras literarias fueron escaneadas e incluidas en los conjuntos de datos de entrenamiento (datasets) que permiten a los chatbots imitar su estilo de escritura y resumir sus investigaciones con precisión milimétrica.
- Competencia Desleal: El periodista argumenta que, al entrenar a la IA con su trabajo, las empresas están creando productos que pueden generar contenido que compite directamente con sus propios libros y artículos, devaluando su propiedad intelectual.
- Falta de Transparencia: La demanda exige que las empresas de IA revelen exactamente qué materiales se utilizaron en el entrenamiento y solicita una indemnización por daños y perjuicios, así como la eliminación de cualquier dato derivado de sus obras.
La Defensa de las Empresas de IA
Hasta ahora, la postura general de la industria ha sido que el entrenamiento de modelos de IA constituye «uso transformador», similar a cómo un humano lee un libro para aprender. Argumentan que los chatbots no almacenan copias de los libros, sino que aprenden patrones estadísticos del lenguaje.
¿Por qué este caso es diferente?
A diferencia de otras demandas colectivas, esta acción individual está respaldada por pruebas de que los chatbots pueden reproducir pasajes específicos y datos exclusivos de investigaciones que solo se encuentran dentro de los libros del autor, lo que dificultaría la defensa del «uso general».
El desenlace de este juicio podría obligar a las tecnológicas a implementar sistemas de licencias pagas para autores, similar a cómo funcionan las plataformas de música por streaming.

