James Cameron, director de películas como Avatar y Titanic, ha expresado su profunda preocupación por la Inteligencia Artificial (IA) generativa, calificándola de «horripilante» y destacando sus riesgos. Cameron, conocido por explorar temas de IA en películas como Terminator, advierte que la tecnología actual tiene el potencial de desestabilizar la economía y socavar la creatividad humana.
El cineasta James Cameron ha manifestado una postura de alarma respecto al rápido avance de la Inteligencia Artificial generativa. En una reciente entrevista en la cumbre Web Summit Qatar 2025, Cameron comparó la situación actual con los temas que exploró en su clásica película Terminator, donde una IA se vuelve hostil hacia la humanidad.
La crítica de Cameron no se centra solo en el potencial apocalíptico, sino también en los riesgos inmediatos para la industria creativa y la sociedad:
- Riesgo Económico y Creativo: El director advierte que si la IA generativa se permite funcionar sin restricciones, tiene el potencial de «desestabilizar toda la economía» al socavar los empleos y los medios de vida de millones de personas, incluidos los artistas, guionistas y creativos de Hollywood.
- Desconfianza en el Contenido: Cameron expresó su preocupación de que, a medida que la IA se utilice más para generar contenido, los consumidores y espectadores perderán la capacidad de distinguir entre lo que es real y lo que es generado por máquinas, erosionando la confianza fundamental en los medios.
- Lucha de Voluntades: El cineasta describió la situación como una «lucha de voluntades» entre la tecnología, que intenta reemplazar a la humanidad, y los creadores de contenido que buscan proteger la singularidad del trabajo humano.
El comentario de Cameron se produce en un momento en que la IA se ha convertido en un punto central de tensión en Hollywood. Los gremios de guionistas y actores han luchado activamente para establecer salvaguardas contra el uso de la IA para replicar o reemplazar el trabajo humano en sus recientes acuerdos laborales, demostrando que la preocupación de Cameron es compartida por gran parte de la industria.
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