IA NOTICIAS PORTADA

China prohíbe la compra de chips de IA a Nvidia

China ha ordenado a sus principales empresas tecnológicas, incluyendo a ByteDance y Alibaba, que dejen de comprar chips de inteligencia artificial de Nvidia. La directiva, emitida por la Administración del Ciberespacio de China, es parte de un esfuerzo por reducir la dependencia del país de la tecnología estadounidense y fortalecer su propia industria de semiconductores. La medida afecta específicamente a modelos como el RTX Pro 6000D y representa una intensificación de las tensiones tecnológicas entre ambas naciones (Fuente Finalcian Times).

La Administración del Ciberespacio de China (CAC) ha comunicado a las compañías más grandes del sector tecnológico del país que deben detener la adquisición de los chips de IA más recientes de Nvidia. Según informes, la directiva no solo incluye la prohibición de nuevas compras, sino también la cancelación de pedidos existentes y el cese de las pruebas de los chips. Esta acción es vista como un paso significativo en la estrategia de Beijing para fomentar el desarrollo de su propia industria de chips, permitiendo que las empresas nacionales, como Huawei y Baidu, se pongan al día con la tecnología occidental.

Esta nueva restricción es más severa que las directrices anteriores que se centraban en el chip H20, una versión previa de los chips de IA que Nvidia adaptó para el mercado chino. La medida se produce después de que Estados Unidos implementara restricciones a las exportaciones de tecnología avanzada a China y de que Beijing acusara recientemente a Nvidia de violar sus leyes antimonopolio. La decisión subraya la creciente competencia tecnológica y las tensiones geopolíticas entre China y Estados Unidos, afectando el mercado global de semiconductores.

Nvidia, por su parte, ha visto caer el precio de sus acciones tras la noticia y su CEO, Jensen Huang, ha expresado su decepción, aunque ha manifestado que la compañía seguirá apoyando a las empresas chinas en la medida en que las regulaciones lo permitan. Esta situación refleja el complejo panorama comercial y político en el que operan las grandes corporaciones tecnológicas, atrapadas entre las políticas de seguridad nacional y las demandas del mercado.