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El Reino Unido Propone Prohibir Pagos por Ransomware para Organizaciones Financiadas con Fondos Públicos

El gobierno del Reino Unido está evaluando una nueva legislación que prohibiría a las organizaciones financiadas con fondos públicos realizar pagos a ciberdelincuentes en caso de ataques de ransomware. Esta iniciativa busca desalentar los secuestros digitales al cortar el flujo de ingresos de los atacantes, enviando un mensaje claro de que el país no cederá ante las demandas de rescate.

Un Enfoque Radical Contra el Ransomware

En un intento por fortalecer la postura de la nación contra los ataques de ransomware, el gobierno del Reino Unido está considerando una ley que prohibiría a las organizaciones que reciben fondos públicos pagar rescates a los ciberdelincuentes. Esta medida radical surge como respuesta al creciente número de incidentes de ransomware que han afectado a entidades gubernamentales, de salud y educación (Fuente Gobierno UK).

La propuesta, que se está discutiendo a nivel de comité parlamentario, tiene como objetivo principal eliminar el incentivo económico para los atacantes. Si las víctimas no pagan, los ciberdelincuentes tendrían menos motivos para llevar a cabo estos ataques, lo que, en teoría, podría reducir la incidencia general del ransomware en el sector público.

Esta iniciativa se alinea con una tendencia global de gobiernos que buscan formas más efectivas de combatir el ransomware. Sin embargo, también plantea desafíos significativos. Algunos críticos argumentan que prohibir los pagos podría dejar a las organizaciones en una situación aún más vulnerable, especialmente si no tienen copias de seguridad robustas o planes de recuperación bien establecidos. En estos casos, la prohibición podría resultar en una pérdida irrecuperable de datos críticos y una interrupción prolongada de servicios esenciales.

Los defensores de la ley, por otro lado, sostienen que ceder a las demandas de rescate solo perpetúa el ciclo de ataques y financia las operaciones criminales. Al cortar la fuente de ingresos, se espera debilitar a las bandas de ransomware y obligarlas a buscar otros métodos, o incluso a cesar sus actividades.

La implementación de una ley de este tipo requeriría que las organizaciones del sector público fortalezcan drásticamente sus defensas cibernéticas y sus estrategias de copia de seguridad y recuperación. Además, podría fomentar un mayor intercambio de información y colaboración entre las entidades públicas para mejorar la resiliencia colectiva frente a las amenazas cibernéticas.

El debate sobre esta legislación es complejo y destaca la difícil balanza entre desalentar la actividad criminal y proteger la funcionalidad de los servicios públicos críticos. El Reino Unido busca así posicionarse como un líder en la lucha global contra el ransomware, esperando que esta audaz medida sirva de ejemplo para otras naciones.