La administración del presidente Donald Trump continúa presionando a Apple para que traslade la fabricación de sus iPhones fuera de China, con un enfoque particular en los comentarios de Peter Navarro, asesor comercial de Trump. Navarro ha criticado públicamente a Apple, tildando de «inconcebible» su incapacidad para mover la producción fuera del gigante asiático y refiriéndose a la situación como «la telenovela más larga de Silicon Valley». Él sostiene que, con las nuevas técnicas de fabricación y los avances en IA, Apple debería ser capaz de producir iPhones en EE. UU.
A pesar de las repetidas amenazas y ultimátums de Trump, Apple ha trasladado principalmente parte de la producción del iPhone a India para evitar aranceles, en lugar de a Estados Unidos. El artículo subraya los desafíos significativos de producir iPhones enteramente en EE. UU., señalando que estos dispositivos constan de alrededor de 2,700 piezas diferentes de 187 proveedores en 28 países, siendo China el origen de la mayoría de los componentes y Foxconn el ensamblador del 85% de los iPhones en China. Además, se menciona el posible alto costo de un iPhone fabricado en EE. UU., estimado en hasta $3,500, y la dificultad para encontrar trabajadores estadounidenses para empleos de manufactura tipo «sweatshop».
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