Las autoridades alemanas han intensificado su batalla por la privacidad de los datos, exigiendo formalmente a Apple y Google que eliminen la aplicación de inteligencia artificial DeepSeek de sus respectivas tiendas de aplicaciones en el país. La razón detrás de esta drástica medida es la acusación de que DeepSeek estaría haciendo un uso «ilegal» de datos, generando una nueva fricción en el ya tenso panorama de la regulación tecnológica.
Esta demanda, que llega directamente de las esferas reguladoras alemanas, pone en el ojo del huracán a DeepSeek, un asistente de IA cuya procedencia y manejo de datos han sido objeto de escrutinio. La preocupación principal radica en posibles violaciones de las estrictas leyes de protección de datos de Alemania y de la Unión Europea, que exigen un consentimiento claro y una transparencia total en el tratamiento de la información de los usuarios.
La petición a gigantes como Apple y Google subraya la creciente determinación de los gobiernos europeos por ejercer un mayor control sobre las aplicaciones de IA, especialmente aquellas que operan con modelos de datos masivos y provienen de jurisdicciones con marcos legales diferentes. Este caso es un claro ejemplo de cómo la soberanía digital y la protección de datos se están convirtiendo en puntos críticos en las relaciones internacionales y el desarrollo tecnológico.
Aunque ni Apple ni Google han emitido respuestas públicas inmediatas, se espera que acaten la directiva alemana para evitar posibles sanciones y conflictos regulatorios. Este incidente refuerza la necesidad para todas las empresas tecnológicas que operan en Europa de adherirse rigurosamente a las normativas locales de privacidad, o enfrentar consecuencias significativas en su acceso al mercado.

