El expresidente Donald Trump ha puesto fin de inmediato a las negociaciones comerciales con Canadá, una decisión drástica provocada por la inminente implementación de un impuesto canadiense sobre servicios digitales (DST). Trump calificó la medida como un «ataque descarado» contra Estados Unidos y anunció su intención de imponer aranceles adicionales a Canadá en la próxima semana.
El impuesto sobre servicios digitales, que está programado para entrar en vigor el 30 de junio y se aplicará con carácter retroactivo, se estima que costará a gigantes tecnológicos estadounidenses como Amazon, Google, Meta, Uber y Airbnb alrededor de 2.7 mil millones de dólares. A pesar de las continuas discusiones comerciales, el ministro de finanzas de Canadá había declarado previamente que el país no tenía intención de pausar la implementación del DST.
Este impuesto ha sido un punto de fricción entre las dos naciones durante años. La administración Biden ya había presentado un desafío formal contra el impuesto el año pasado, lo que demuestra la persistencia del desacuerdo transfronterizo sobre cómo gravar a las grandes empresas tecnológicas que operan a nivel mundial.
La decisión de Trump subraya la volatilidad de las relaciones comerciales internacionales cuando se trata de la fiscalidad de la economía digital. La medida canadiense forma parte de una tendencia global, ya que otras jurisdicciones, como Alemania, también están considerando la aplicación de impuestos similares a los servicios digitales, lo que podría generar más conflictos en el futuro.

